Resumen: Todas las lecturas que realizamos a lo largo de la vida
influyen en nuestro modo de concebir el mundo puesto que con ellas vamos
conformando nuestra identidad. La capacidad y responsabilidad que tenemos como
futuros docentes para favorecer la igualdad hace que debamos prestar especial
atención a las lecturas que realiza nuestro alumnado. Por ello, hemos diseñado
un proyecto coeducativo cuyo objetivo es romper con los estereotipos de género
y perseguir una educación en valores y en igualdad de género a través de la
literatura juvenil. Nuestro trabajo se centrará en la lectura de La Reina Negra de Llanos Campos, una
novela de fantasía juvenil en la que la protagonista rompe todos los roles y
estereotipos sexistas para erigirse dueña de su destino.
Entrevista a Llanos Campos
EL personaje femenino en
la literatura fantástica. La reina negra,[e-mail], Albacete.
1.
La literatura es un
reflejo de la sociedad en que vivos y transmite lo bueno y lo malo que hay en
ella, ¿crees en el valor de la literatura para cambiar el mundo?
Creo que en la medida en que la literatura influye y cambia
a las personas, sí. Los libros son fuente de cultura, de
sabiduría, de empatía y emoción. Todo eso te cambia.
2.
¿Crees que la
literatura infantil y juvenil debe cambiar los modelos de hombres y mujeres que
ha representado tradicionalmente?
Será
inevitable, porque la sociedad está cambiando y demanda ajustar esos modelos a
una realidad mucho más rica, plural e igualitaria.
3.
A la hora de escribir
historias, aunque sean fantásticas, ¿Te inspiras en acontecimientos reales, en
noticias, en hechos que observas día a día,…?
Mi intención a la hora de escribir la trilogía «Historia negra de los
antiguos reinos» era la de, enmarcadas en un escenario fantástico, hablar de
cosas reales y universales: el valor de la verdad, del compromiso, de ser fiel
a uno mismo, de aprender para crecer… En las tres novelas hay mucho monólogo
interior de los personajes, porque quería que eso, y no las batallas o las
intrigas, fueran lo que sostuviese el peso de la historia. En ese sentido, hay
mucho de real, incluso de personal, en la historia.
4.
¿Consideras
que los modelos o estereotipos que definen los personajes de la literatura
fantástica son la causa de la ausencia de grandes protagonistas femeninos? ¿Por
qué especialmente en este género es difícil encontrar a personajes como Tamiel?
Es inevitable. Venimos de una tradición de siglos en los que el
caballero, el héroe, el protagonista ha sido el hombre. Toda la épica está
construida alrededor de los personajes masculinos. Romper esa inercia lleva
tiempo, pero se están dando pasos en esa dirección continuamente.
5.
A la hora de crear los
personajes de La Reina Negra, ¿has tenido en cuenta los estereotipos y
roles que enmarcan a los personajes femeninos y masculinos en este género
fantástico?
Precisamente eso fue casi lo que dio forma a la novela. En
realidad, esta historia me la inspiró algo que
leí en los textos apócrifos: en un texto de Enoc se narra de forma diferente la
caída en desgracia de los ángeles y su
conversión en demonios. Según este
historia, algunos ángeles (creados solo masculinos), se enamoraron de mujeres
humanas, incluso algunos se casaron con ellas. Estos seres celestiales
enseñaron a sus compañeras a curar con plantas y a entender la naturaleza.
Ellas fueron las primeras sanadoras, muy apreciadas en sus comunidades. Cuando
Dios se enteró de esto, prohibió tales relaciones y ordenó a los ángeles
regresar al cielo. Casi todos los hicieron, menos algunos que permanecieron fieles a sus esposas. Dios los
convirtió en demonios y el pueblo, temeroso, acabó rechazando a las mujeres,
que fueron entonces las primeras brujas.
Como ves, todo esto sale en la novela (en las tres), pero yo
no quería centrar la trama en el «Mensajero», porque entonces volvíamos de
nuevo a la historia en la que «ella» no es nadie hasta que «él» aparece. Así
que me empeñé en crearla a ella primero, en darle algo por lo que ser y estar
en la novela, y así nació Tamiel, que acabó siendo la indiscutible heroína de
la historia.
Visto esto, de repente me vi rodeada de personajes femeninos
que llevaban el peso de la historia:
Anae, Jarne por la influencia en su hijo Famir, Maris, y en las siguientes novelas Tandena, Darota,
Aleere; todas ellas mujeres que tiene que descubrirse a sí mismas,
que tienen que ponerse en valor y tomar las riendas de sus vidas. Fue un
proceso maravilloso y muy natural.
6.
La adolescencia es una
etapa en la que somos muy influenciables y aún estamos construyendo nuestra
identidad. En este caso, ¿consideras que Tamiel se ha convertido o puede
convertirse en un referente feminista para muchas jóvenes amantes de este
género? ¿Has tenido como referente algún personaje literario?
Eso sería el mejor premio. Creo que el personaje de Tamiel, con sus
dudas, sus errores, sus fortalezas y sus debilidades puede ser un buen ejemplo.
A menudo las historias cuya protagonista es una mujer la «masculinizan» en el
peor sentido; para ser fuerte o valerosa la dota de lo peor de los personajes
masculinos: ambición, crueldad, falta de empatía, desapego. Yo creo que una
mujer real puede ser una heroína sin todo eso. No hay más que ver las
comunidades africanas sustentadas por mujeres, o el hecho de que el llamado
«Banco de los pobres» en la India, llevado por un hombre adinerado, solo presta
dinero para negocios llevados por mujeres, después de la experiencia de años.
7.
En el ambiente pseudomedieval en el que se crea la historia, las bases
de la sociedad están escritas por hombres, por eso la principal lucha de Tamiel
es llegar a ser dueña de su destino. ¿Crees que en el mundo real ocurre lo
mismo? ¿para las mujeres la lucha es mayor porque el poder está presidido
mayoritariamente por hombres?
Es
evidente que aún existe el llamado «techo de cristal» para las
mujeres. Y la desigualdad salarial, y la violencia de género, y la discriminación,
y tantas y tantas cosas. Y todo esto hablando solo del primer mundo. Fuera de
aquí, ni te cuento.
Yo me dedico también al teatro, y hasta en esta profesión tan
«cultural», he visto que para
nosotras es mucho más difícil. Yo creo que el problema es la
inercia, definida como la resistencia de un cuerpo a cambiar de movimiento.
Cuando durante tanto tiempo las cosas han funcionado
de una manera, subvertirlas es como tratar de quitarse de encima un elefante. Para los hombres (dicho así, en
general, lo que siempre es injusto) es difícil ceder parcelas de poder; es
mucho más sencillo no tener que consensuar con tu esposa las decisiones del
hogar, tener tu espacio propio pero no propiciar el de ella, mandar porque así
se ha hecho siempre. Tener a una parte de la sociedad como menores de edad
perpetua simplificaba muchas cosas, pero en este camino se perdía exactamente
la mitad del talento de una sociedad. Tomar conciencia de eso es difícil por
ambas partes, pero los cambios han llegado para quedarse.
8.
Al final de la historia, vemos como el reino olvida todo lo bueno que
ha hecho Tamiel por ellos, pero más que temida como su padre acaba siendo
repudiada. ¿Crees que la sociedad es más dura castigando a las mujeres?
Probablemente,
pero lo que yo quería enfatizar en esa «rebelión» del pueblo es que
la ignorancia, la superstición y el fanatismo, son un peligro terrible, porque hace que rechaces incluso lo que es bueno
para ti y te eches en brazos del oscurantismo
y de los «salvadores» de toda índole. Ni siquiera lo que sus súbditos han visto con sus propios
ojos, los beneficios que les ha traído el reinado de Tamiel, consiguen sacarlos
de ese pozo de ceguera. Un pueblo inculto
es un pueblo al que se domina fácilmente
y, por tanto, está perdido.
9.
Uno de los mensajes que
claramente vemos en el libro es la defensa de la igualdad entre hombres y
mujeres, por ello vemos personajes masculinos con valores positivos como Lartes
y Baltran que ayudan a Tamiel a cambiar su destino. ¿Piensas que las historias
que difunden este mensaje irán ganando cada vez más adeptos? ¿Consideras que es
necesario difundir la igualdad de hombres y mujeres entre los jóvenes? ¿Crees
que la literatura puede ayudarnos a conseguir esa igualdad?
Sin duda. La educación en la igualdad es primordial. No se trata de
hombres o mujeres, sino de hombres y mujeres. El futuro tendrá que ser
igualitario, y eso quiere decir convivencia, con las mismas oportunidades y los
mismos deberes.
En mi novela yo quería que no todos los personajes masculinos fueran
tan terribles como Radón y Crates, seres hambrientos de poder y ciegos de
rencor. Quería también demostrar que las cosas se pueden y se deben hacer en
unión. Por eso uno de mis personajes favoritos es Famir, que a través de su
amor por su madre (y del descubrimiento de su triste historia) sufre una
transformación que lo lleva un cambio
radical de su escala de valores.
10.
Hace unos días, desde instagram
nos contabas en «relatos confinados» que para crear buenos personajes uno de
los elementos importantes es que el lector empatice con ellos. ¿De qué modo
podemos empatizar con Tamiel? ¿Te has inspirado en alguien para crear a la
protagonista?
Mi ambición es crear
personajes creíbles, ricos y con entidad para que los lectores pudieran
identificarse con ellos, seguir sus peripecias y temer de verdad por su destino. A mi entender, esa es la
prueba del nueve de una historia: cuando el
autor consigue que al lector le importe de verdad lo que les ocurre a los personajes
de la historia, cuando sufre y se alegra por ellos. Para crear a Tamiel he usado mucho
de mis recuerdos, de mis sensaciones o sentimientos en muchos momentos de mi vida.
Casi todo lo que ella siente es real, y por lo tanto fácil de «sentir» por el lector. Aunque, por
supuesto, yo no soy ella.
Creo que el camino al lector es la autenticidad.
11.
En entrevistas previas,
dices que no empezaste a escribir el libro pensando en el mensaje feminista,
¿cómo se consigue hacer apología del feminismo casi sin querer?, por decirlo de
algún modo.
Creo que lo expliqué más arriba, al contar cómo nació la historia.
Creo que las historias tienen vida propia, o al menos a mí me pasa, y que van
tomando forma a menudo de forma que sorprende incluso al autor. Y así, una
historia que yo pensé que iría sobre el amor, el compromiso y el deber, acabó
hablando de eso pero con un sesgo totalmente feminista.
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