Queridos y
queridas, ahí va lo que creo he adquirido mediante la asignatura de innovación.
Creo que
todos somos conscientes de la importancia de las nuevas tecnologías en lo que a
formación del alumnado se refiere, pero supongo que en ahora, en pleno estado
de confinamiento, podemos vislumbrar su importancia cuando las clases ahora, en
términos generales, se están impartiendo de forma virtual. En mi caso, siempre
he sido un renegado del uso exceso de las tecnologías en la educación y lo sigo
manteniendo. No obstante, reconozco la importancia de estas, siempre y cuando
se usen en su justa medida.
Tras
esa breve introducción, procedo a exponer aquellos nuevos conocimientos TIC que
podido conseguir. En primer lugar, destaca el hecho de la existencia de
diferentes formas de impartir la clase de lengua y literatura, adaptándola a la
realidad vigente para conseguir un ambiente de estudio agradable y ameno.
Incitar a que el alumnado emplee parte de su tiempo en compañía de las TIC,
para la realización de actividades vinculadas a la materia en cuestión,
dotándolas de un carácter tanto lúdico como provechoso.
También, he
conocido nuevos y variados recursos abiertos que como futuro docente me podrían
ser de mucha utilidad, destacando los recursos MOOC, REA o la WebQuest. Se
trata de una forma tanto innovadora como alternativa para formar al alumnado,
permitiendo a este desarrollar una gran autonomía en lo que a su proceso de
aprendizaje se refiere. Del mismo modo, estas plataformas pueden incentivar la
investigación, por su puesto, guiada por el profesor, fomentar el buen uso de
las nuevas tecnología y fomentar el trabajo individual y cooperativo. Por otro
lado, propician un aspecto fundamental en la educación tal como es la
creatividad.
Estos
recursos, entre otros no menos importantes, que hemos adquirido a través de la
asignatura de innovación, son los que marcaran, sin duda, parte del futuro de
la educación. Es por ello que, como futuros docentes, tenemos tanto el derecho
como el deber de formarnos en materia de TICs para poder adaptarnos, en la
medida de lo posible y permitido, a la realidad de nuestro alumnado, para
marcarle un itinerario que se adecue a sus necesidades y cumpla con los
objetivos establecidos. Ahora bien, tenemos que medir y controlar el uso tales
herramientas, siendo un arma de doble filo, para no caer en la trampa de la
dependencia de estas.
Finalmente, he de decir que, al fin y al
cabo, es la naturaleza de nuestras aulas la que determinará la selección de las
herramientas óptimas para los alumnos y las alumnas, tras la realización de un
diagnósTICo por parte del docente.
Gracias por
vuestra atención.
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