¡Esperamos que os gusten!
Relato literario
Cenicienta de vuelta a casa
En la ciudad de Moscú, una joven cepillaba su melena
rubia mientras esperaba la hora adecuada para salir de casa. Su pelo era de un
rubio tan intenso que al reflejarse el sol en él emitía pequeños destellos
blanquecinos como la ceniza, esto había hecho que se ganara el apodo de
Cenicienta. La joven cogió la maleta, se puso sus zapatos plateados de cristal
y salió corriendo de casa.
Cuando
Cenicienta entró en la estación de tren corriendo y apartando a la gente de
su camino, tan solo faltaban cinco minutos para que su expreso zarpara a
Invernalia. La joven consiguió subir al tren, pero tuvo tan mala fortuna que
uno de los zapatos quedó enganchado entre dos baldosas amarillas del andén.
La gente se agolpaba en la puerta del vagón y el tren comenzaba a ponerse en
marcha, así que olvidó el zapato y comenzó a buscar su asiento, mientras la
gente la miraba extrañada. ¡Qué bochorno!, Cenicienta no podía dejar de
pensar en ese maldito gato que había robado las botas que dejó en el balcón
la noche anterior. Estaba segura de que si hubiera llevado sus botas no le
hubiera pasado eso.
Entró en la
estación otra muchacha de mejillas rosadas llamada Ródope que corría para
subir al expreso de Invernalia. Cuando apoyó el pie en el primer escalón para
subir al vagón, un zapato plateado de cristal llamó su atención. Ródope
caminaba por los vagones con el zapato entre las manos para llegar a su
asiento, hasta que notó algo en la espalada.
- Oye, perdona,
chica, eh tú...- decía Cenicienta acercándose a Ródope y dándole unos
golpecitos por la espalda.
- ¿Qué?- contestó Ródope un poco molesta por los golpecitos.
- ¡Creo que
tienes algo que me pertenece!- dijo Cenicienta con descaro.
Ródope bajó la mirada e
intentó aguantar la risa. Ante ella tenía a una joven rubia que intentaba
mantener el equilibrio, luchando contra el traqueteo del tren y el desnivel de
su cuerpo producido por la falta de un zapato.
- Parece que
sí. Espera, te ayudaré a ponértelo- contestaba Ródope entre carcajadas
mientras le ponía el zapato.
Al
levantarse Ródope, un brusco movimiento del tren hizo que Cenicienta cayese
sobre ella, y esta la sujetó con fuerza. Cenicienta agradeció a Ródope
encontrar su zapato mientras huía a su vagón, algo avergonzada por los
acontecimientos. Ambas caminaban por el pasillo del tren en direcciones
contrarias, pero se giraron para observarse una vez más.
El silbido
acompañado de vapor avisaba de la llegada de Cenicienta a Invernalia. Ned
Montesco, rey de Invernalia, corrió hasta el tren para recibir a su hija. Ned
y Cenicienta se abrazaron intensamente, era la primera vez que veía a su hija
después de que ella decidiera marcharse tras la muerte de su madre. A la
entrada del castillo, esperaban a Cenicienta su madrastra con una cesta de
manzanas, que la joven rechazó, y sus dos hijas. Aunque nunca tuvo
predilección por su madrastra, sí que estaba encantada de compartir su vida
con dos hermanas.
Tras la cálida
bienvenida, Cenicienta y sus hermanas fueron a la habitación para cambiarse
porque esa noche se celebraba un baile. Todo el castillo estaba engalanado y
las tres hermanas preparadas, pero Cenicienta les pidió que se adelantasen y
bajaran al baile mientras ella se encargaba de recoger la habitación. En
realidad a Cenicienta no le entusiasmaba mucho ese baile y prefería llegar lo
más tarde posible. Cenicienta se acercó a la venta y observó las ramas
blancas que asomaban entre los muros del castillo. Miró hacia el cielo
estrellado conteniendo las lágrimas en un suspiro. La semilla de aquel árbol
germinó con la sangre de su madre, tras un hechizo fallido que le causó la
muerte. Un ruido extravagante, las campanadas del reloj, devolvieron al mundo
real a Cenicienta que decidió que ya era el momento de abandonar la
habitación y la nostalgia.
Cenicienta
entró en el baile buscando a sus hermanastras, a su padre, a cualquier persona
que le fuera familiar. Entre toda aquella gente, unas mejillas sonrosadas
llamaron su atención entre los sirvientes. Ródope se sintió incómoda por la
forma en la que Cenicienta la miraba y decidió acercarse a ella diciéndole:
- ¡Otra vez tú!,... la de los zapatos plateados de cristal. Es extraño, pero no he dejado de pensar en ti y ni siquiera sé tu nombre-
- ¡Otra vez tú!,... la de los zapatos plateados de cristal. Es extraño, pero no he dejado de pensar en ti y ni siquiera sé tu nombre-
- Yo también me he acordado de ti, sin tu ayuda hubiera llegado medio descalza a Invernalia. Eso sí que habría sido empezar con mala pata- Contestó Cenicienta mientras interiormente se flagelaba por si su contestación había sonado muy estúpida.
Las chicas dejaron las presentaciones para otro momento y comenzaron a bailar al son de una mazurca. Había algo en la chica de las mejillas rosadas que hacía sentirse diferente a Cenicienta. Las hermanastras contemplaban exhaustas aquella curiosa escena, porque Cenicienta estaba bailando con una sirvienta. Ron Montesco buscaba a Cenicienta para comunicarle que se le iba a proclamar princesa en ese mismo baile. Observó unos zapatitos plateados entre la multitud, era su hija bailando con la hija del señor Capuleto.
Las chicas dejaron las presentaciones para otro momento y comenzaron a bailar al son de una mazurca. Había algo en la chica de las mejillas rosadas que hacía sentirse diferente a Cenicienta. Las hermanastras contemplaban exhaustas aquella curiosa escena, porque Cenicienta estaba bailando con una sirvienta. Ron Montesco buscaba a Cenicienta para comunicarle que se le iba a proclamar princesa en ese mismo baile. Observó unos zapatitos plateados entre la multitud, era su hija bailando con la hija del señor Capuleto.
Cenicienta
sintió que alguien tiraba de su brazo. Era su padre reprochándole que bailara
con la hija de un Capuleto, a quien culpaba por el fallido hechizo que acabó
con la vida de su madre. Cenicienta consternada por toda aquella información
salió corriendo, abandonando aquel estúpido baile. Ródope, que no entendía
lo que estaba pasando, corrió tras ella y solo pudo alcanzar uno de los
zapatos plateados de cristal, que Cenicienta había vuelto a perder en las
interminables escaleras de Invernalia.
Una semana después, un halcón se coló en la habitación de Ródope y cogió aquel zapatito de cristalplateado, que la chica de las mejillas rosadas guardaba esperando que su dueña volviera a por él o, en realidad, esperaba que volviera a por ella. El halcón salió de la habitación y Ródope tras él, queriendo alcanzarlo. El ave se posó sobre las ramas de un árbol blanco que había tras los muros de Invernalia y dejó el zapato caer al suelo. Allí, Ródope encontró a Cenicienta, que parecía estar hablando con el árbol. Ródope y Cenicienta compartieron la historia de sus vidas y hablaron de cómo el destino las había llevado hasta ese lugar, cómo las había puesto cara a cara una vez más. Aquella noche todo parecía mágico, Ródope introdujo el pie de Cenicienta en el zapato y la besó. Cenicienta sintió el poder de aquellos zapatos plateados y deseó con todas sus fuerzas volver a su casa, a Moscú, a Egipto, donde fuera pero junto a Ródope.
Una semana después, un halcón se coló en la habitación de Ródope y cogió aquel zapatito de cristalplateado, que la chica de las mejillas rosadas guardaba esperando que su dueña volviera a por él o, en realidad, esperaba que volviera a por ella. El halcón salió de la habitación y Ródope tras él, queriendo alcanzarlo. El ave se posó sobre las ramas de un árbol blanco que había tras los muros de Invernalia y dejó el zapato caer al suelo. Allí, Ródope encontró a Cenicienta, que parecía estar hablando con el árbol. Ródope y Cenicienta compartieron la historia de sus vidas y hablaron de cómo el destino las había llevado hasta ese lugar, cómo las había puesto cara a cara una vez más. Aquella noche todo parecía mágico, Ródope introdujo el pie de Cenicienta en el zapato y la besó. Cenicienta sintió el poder de aquellos zapatos plateados y deseó con todas sus fuerzas volver a su casa, a Moscú, a Egipto, donde fuera pero junto a Ródope.
Referencias literarias:
Nuestro relato se centra principalmente en los elementos que más poder
tienen dentro de toda la tracción de este cuento. El elemento más importante
sobre el que se estructura la historia es el personaje principal de Cenicienta.
En el relato podemos encontrar a Cenicienta inspirada en los cuentos de los
hermanos Grimm,y a Ródope que es una de las antecesoras de este personaje.
El segundo símbolo que hemos querido destacar es el zapato y todo el poder
que tiene este objeto. El zapato es un elemento esencial en cualquier relato de
Cenicienta, gracias a él encuentra la felicidad. Al hablar del poder que tiene
un zapato, no podemos olvidarnos de los zapatitos de Dorothy en El
maravilloso Mago de Oz de Lyman Frank Baum, o de las botas que también
ayudaron a un gato a conseguir su felicidad en El gato con botas.
El tercer aspecto que hemos resaltado es el acontecimiento del baile donde
se encuentran los amantes. En este caso el baile lo hemos relacionado con las
obras de Romeo y Julieta de William Shakespeare, y Ana Karenina, Leon
Tolstói. Estas dos obras se relacionan con el baile del cuento de Cenicienta
porque en ambas dos jóvenes que no se conocen de nada o que apenas se conocen
acaban enamorándose tras bailar juntos. A nuestro relato le hemos añadido la
trágica disputa entre los Montesco y los Capuleto, y el ambiente frío de
Invernalia que puede recordar al clima Ruso. Además, en nuestro baile se danza
al son de una mazurca como en la obra de Leon Tolstói.
El cuarto elemento que hemos insertado en el relato ha sido el árbol mágico
que encontramos en varias versiones de la Cenicienta,
entre ellas la de los hermanos Grimm. En el caso del relato, el árbol se
asemeja al árbol arciano de Juego de Tronos ya que hemos situado el castillo en
Invernalia y termina de cerrar la atmósfera fría del relato. Al igual que el
árbol de los hermanos Grimm, el árbol de nuestra historia tiene una conexión
especial con la difunta madre de la protagonista.
Por último, hemos hecho una pequeña mención a la figura de la madrastra
añadiendo el elemento de las manzanas de Blancanieves.
Relato multimodal
Nuestra Cenicienta de 2020 tampoco ha podido escapar a la pandemia. A
través de este relato multimodal os mostramos cómo se conocieron Cenicienta y
el Príncipe Azul cuando acabó el confinamiento. Para realizar el relato hemos
recopilado distintas imágenes de los anuncios que han representado el cuento,
escenas de distintas películas como Una Cenicienta moderna y las dos versiones
que ha hecho Disney, GIFs, memes y algunos perfiles que hemos encontrado en
redes sociales inspiradas en este clásico.
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