Hoy, 4 de junio de 2030:
Al final la situación del COVID-19 nos sirvió para reconocer la importancia que tiene la competencia afectiva en el aula de Secundaria. Menos mal que lo de las clases online no cuajó porque es sumamente difícil empatizar a través de una pantalla. Sobre todo, cuando todo depende de la era digital, esa era que siempre pasábamos por alto, creyendo que estábamos actualizados pero ni siquiera éramos capaces de saber crear un blog. Nosotros, los millennials.
La situación que vivimos fue una tragedia pero aprendimos a apreciar la sensibilidad y a encontrar otras formas de expresar nuestros sentimientos debido al famoso distanciamiento social. El costumbrismo de mostrar afecto con abrazos y besos nos llevó a recurrir a la palabra, a la literatura. Ahora, la materia de Lengua y Castellana es una de las favoritas del alumnado y os voy a explicar cómo se ha convertido en el top-ten de los adolescentes.
El confinamiento provocó que hasta los más jóvenes recurrieran a sus géneros literarios favoritos. O mejor dicho, a los géneros literarios que menos odiaban. Más de dos meses encerrados hace que hasta tu serie favorita no sea para tanto, por lo que ahora la literatura es para ellos una ventana que permite un proceso de catarsis. A través de este proceso de catarsis literaria, los adolescentes eran capaces de encontrarse con sentimientos que escondían por el miedo que sentimos a exteriorizar lo que sentimos, a mostrarnos vulnerables.